Aunque recuerda a los lagos de Covadonga en Asturias, el lago Bled, en Eslovenia, es único.
Este hermoso lago, muy visitado en verano, adquiere en invierno un aire mágico: sus aguas esmeralda se tornan más suaves, y la isla de Bled, con su pintoresca iglesia, parece un cuento de hadas invernal.