Ser la "oveja negra" puede ser un honor, sobre todo si hablamos de la Scottish Blackface, una raza icónica de Escocia que, con su característico rostro oscuro y su resistencia, se ha convertido en un símbolo de la vida rural en los páramos. Aunque lleva "escocesa" en el nombre, sus orígenes están en la frontera entre Inglaterra y Escocia. Hoy en día, es la raza ovina más común de Escocia y ha conquistado terrenos en países como Estados Unidos.

Una de sus curiosidades es la gran variedad dentro de la raza: el tipo Perth, de mayor tamaño, y el Lanark, más mediano, son solo dos ejemplos. Su vellón grueso no se usa para jerséis, sino para tejidos robustos como el tweed o alfombras, demostrando que estas ovejas son tan prácticas como resistentes.

En España, no contamos con la Scottish Blackface, pero tenemos razas igualmente interesantes como la Merina y la Churra, famosas por su lana y su leche. Si visitas la Sierra de Grazalema, podrías ver ejemplares autóctonos que también se adaptan a terrenos difíciles, al igual que la Blackface en las Tierras Altas de Escocia. ¡Cada oveja tiene su encanto!