No todos los días un desierto se viste de colores, pero durante una superfloración, la tierra árida se cubre de un manto de flores silvestres. Este fenómeno, poco común, ocurre en California y Arizona cuando las lluvias reavivan semillas que han permanecido dormidas en el suelo. Aunque solían darse una vez por década, las sequías recientes han hecho que sean aún más raras.