Muy cerca de la isla de São Miguel, en las Azores, Portugal, se encuentra el islote de Vila Franca, un antiguo cráter volcánico transformado en una joya natural.
Situado frente a la ciudad de Vila Franca do Campo, este islote deshabitado ha tenido muchos usos desde que fue documentado en 1537: fuerte militar, puerto, viñedo y mirador para el avistamiento de ballenas.
